Si bien no podemos juzgar la frecuencia con la que te bañas, si podemos contarte cuáles son las recomendaciones de los expertos sobre la periodicidad con la que lo deberías hacer.
Pero no importa que tanto entres a la ducha, nunca estarás completamente limpio si es que no mantienes las toallas del baño completamente higienizadas. Debido a la acumulación de agua y la exposición a humedad, este textil podría acumular indeseables ecosistemas.
Bacterias, hongos, ácaros, piel muerta o incluso algunos virus se pueden transmitir por las toallas. De no lavarlas regularmente podrías empeorar cuadros de acné o condiciones dermatológicas como el eczema.
Si las compartes con tu pareja o desconocidos, podrías contraer infecciones como el pie de atleta, tiña, impétigo o moluscos contagiosos, una enfermedad viral que produce erupciones palpables en la piel.
Es por esto que tener el hábito de cambiarlas y lavarlas regularmente, podría ayudarte a mantenerte sano y verdaderamente limpio.
¿Qué tan seguido hay que cambiarlas?
Foto de Nathaniel Kohfield en Unsplash
Como no existe una recomendación universal, los expertos difieren con la frecuencia que deberías seguir, por lo que tienes un par de opciones para evaluar, dependiendo de tu estilo de vida y la calidad de las toallas.
Por un lado, desde el Cleaning Institute, indican que no deberías usarlas más de tres veces seguidas sin lavarlas o cambiarlas. Dependiendo de qué tan seguido te bañes, esto significa que deberías sacar nuevas, al menos, dos veces por semana.
Mientras que Scott Meschke, microbiólogo sanitario, y Amy Kassouf, dermatóloga de la Clínica Cleveland, consultados por la revista Self explicaron que remplazarlas una vez por semana sería más que suficiente.
En lo que todos los expertos coinciden es que tan relevante como cambiarlas, es fundamental que se dejen secar y ventilar fuera del baño, ojalá expuestas directamente al sol, después de cada uso.
De no hacerlo, crearás el ambiente húmedo perfecto para la proliferación de hongos y bacterias.
«Si tienes una toalla que empieza a oler, ese olor probablemente se deba a que los organismos empiezan a salir», detalló el doctor Meschke en la revista estadounidense.