¡Que rico es comer! Y, en especial, disfrutar de lo que quedó de las cenas de Navidad o Año Nuevo. Estas salvadoras comidas son un clásico del menú del día siguiente a las celebraciones, pero, expertos indican que consumirlas no siempre puede ser la mejor alternativa.
Todo indicaría que recalentar una comida no tendría mayores peligros y que estos si se encontrarían al momento de refrigerar los alimentos y volver a calentarnos en un horno, olla o microondas. Según la doctora en Química Claudia Degrossi “El enfriamiento tiene que ser rápido, es la etapa que con mayor frecuencia hace mal y eso conduce a que justamente las bacterias dañinas o peligrosas llamadas patógenas puedan empezar a desarrollarse o reingresar”.
Esto quiere decir que aquellas bacterias que fueron eliminadas al momento de cocinar podrían aparecer nuevamente en la comida, razón por la que se debe tener ojo al cambio de temperaturas que sufrirá la comida, recomendando así que recalientes una vez lo que querrás comer para no favorecer el desarrollo de microorganismos que dañen nuestra salud.