El año pasado, la estudiante de diseño afincada en Rotterdam Kirsten Spruit creó instalación audiovisual a la que llamó «Un Espacio para permanecer». A los visitantes se les invitaba a tumbarse boca abajo en un colchón negro, envolverse en unos audífonos que reproducían sonidos típicos de paisajes agradables y no hacer nada en absoluto.
Un video que mostraba lentamente una sucesión de mensajes del tipo de «Siento que no hice nada hoy» alentaba pensamientos relacionados con la pasividad en los participantes. Spruit afirma: «‘Un Espacio para Permanecer nace de una investigación alrededor del sentimiento de actividad permanente, de la necesidad de ser siempre productivos y eficientes, que parece dominar las vidas de tanta gente, especialmente entre mi generación».
¿Es esto en lo que se ha convertido el descanso? ¿Una exposición en una galería de arte, como una reliquia de un pasado feliz? ¿Algo que podemos hacer solo cuando nos invitan a un evento? Aparentemente, sí.
Claudia Hammond, presentadora del programa de BBC Radio 4 «Todo en la Mente» y autora del libro «El Arte del descanso», cree que «estar ocupado se ha convertido en una cuestión de honor. Se ha vuelto algo que esperamos de nosotros mismos y de los demás.