Quienes vivimos en América estamos cada día más lejos de quienes viven en Europa y África.
Y no nos referimos a una distancia política o ideológica. Literalmente, nuestros contienentes están cada días más separados.
Cada año, las placas tectónicas en las que están América de un lado, y Europa y África del otro, se apartan cerca de cuatro centímentros.
Los científicos saben que las placas se mueven en sentidos opuestos, y que en las zonas limítrofes entre ellas la partes más densas se hunden.