En noviembre de 2020, fue impuesto un confinamiento en Reino Unido. Nadie podía salir de casa, excepto para actividades esenciales, como ir al mercado. Poco a poco, las tasas de infección empezaron a bajar en el país, excepto en Kent.
A pesar de las estrictas reglas contra el movimiento de personas, la covid-19 continuó avanzando en ese condado en el sureste de Inglaterra y los hospitales se llenaron rápidamente de personas infectadas.
En Sudáfrica, en octubre de 2020, una nueva ola de covid-19 comenzó repentinamente a invadir la provincia de Eastern Cape.
La tasa de personas infectadas era mucho más alta que en otras áreas del país, donde el número de casos se estaba estabilizando después del primer brote de covid-19.